miércoles, 25 de septiembre de 2013

Capítulo 7- De los principados nuevos que se adquieren con armas y fortuna de otros



Aquellos príncipes que lo son por azar, poco esfuerzo necesitan para llegar a serlo, pero necesitan muchísimo para mantenerse; es decir, aquellos que obtienen el Estado como regalo [como nuevos príncipes de algunas ciudades de Grecia, convertidos por Darío o como muchos emperadores].
Aquellos hombres elevados por otros, mejor que no conozcan el arte del mando ya que como vienen de ser meros ciudadanos no tienen suficiente valor para ejercerlo.
Los Estados nuevos no se defienden por si solos de las adversidades, sino que necesitan que el repentino príncipe sepa preparase inmediatamente con el fin de conservarlo.
De los dos modos explicados de convertirse en príncipe, Maquiavelo explica un ejemplo de cada tipo:
-Por méritos: Francisco Sforza, que con los medios que tenía a mano y gran talento, pasó de la nada a convertirse duque de Milán, además de conservarlo con maestría y sin trabajo apenas
 -Por suerte: César Borgia (el duque Valentino), que adquirió el Estado de la fortuna de su padre (Alejandro VI) y de la misma manera lo perdió. Alejandro VI necesitaba colocar a su hijo en algún Estado. Para ello no podía utilizar los Estados de la Iglesia, porque hubiese ocasionado multitud de problemas. Además, los ejércitos de los que se hubiese podido servir estaban en manos de aquellos que no deseaban el engrandecimiento del Papa; tampoco podía fiarse de las tropas de los Orsini, de los Colonna ni sus aliados. Por lo tanto, lo que se debía hacer era desorganizar aquellos territorios para quedarse con una parte de ellos. Adquirió la Romaña gracias a la autoridad del rey de Francia, que había entrado en Italia. Una vez adquirido este territorio por el duque y derrotados los Colonna, habían dos dificultades: las tropas no le parecían fieles (tropas de los Orsini) y temía la voluntad de Francia. A partir de entonces, el duque decidió dejar de lado la fortuna y armas ajenas. Para empezar, debilitó a los Orsini y a los Colonna en Roma, con lo cual se ganó el apoyo de sus nobles, más aun cuando fueron premiados por el duque. A continuación decidió acabar con los Orsini. En esos momentos, al pueblo le gustó el bienestar de su gobierno, ya que el duque implantó una severa justicia que acabó con los crímenes continuados que se producían en la zona, utilizando para ello a Ramiro de Orco. Los tiempos de paz volvieron, pero al duque le pareció que existía tanta autoridad que podía convertirse en odiosa, así que instauró un tribunal civil al mando de un hombre virtuoso. Como algo de odio ya había sido engendrado, el duque utilizó como cabeza de turco a Ramiro de Orco sobre el que cayeron todas las culpas y la muerte en público. Una vez solucionado estos temas, el duque decidió obtenerse el respeto del rey de Francia, buscándose nuevas amistades y dejando en duda su posición con Francia. A continuación debía evitar que en el futuro hubiese un enemigo suyo como Papa, ya que podría perder todo lo ganado. Así pues, pensó hacer lo siguiente
1-Exterminar a todos los descendientes de los señores a los que había ofendido
2-Atraer a los nobles de Roma para oponerse con su ayuda a las decisiones del nuevo Papa
3-Reducir el Colegio a su voluntad
4-Adquirir tanto poder para aguantar el primer hipotético ataque del Papa.
El duque cumplió las tres primeras a la muerte del papa Alejandro, además de tener planeadas futuras conquistas para tener suficiente poder para encarar a cualquiera. Pero el papa murió cuando el duque había iniciado su campaña, así que se vio sin el suficiente poder, rodeado por un par de enemigos poderosos y también moribundo, enfermo de muerte.

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