La decisión de coger buenos o
malos ministros dependerá de la virtud del príncipe: si uno está rodeado por
hombres capaces y fieles, el que los ha escogido será tenido por sabio [como
cuando Padolfo Petrucci escogió como ministro al sabio Antonio da Venafro].
Hay tres clases de cerebro: El
que discierne por sí solo, el que no discierne pero entiende lo que los otros
disciernen y el que ni discierne ni entiende lo que los otros disciernen. Un
príncipe con el primer cerebro, podrá corregir a un ministro ya que entenderá
sus actos y este último, al saber que no podrá engañar a su superior, se
mantendrá honesto y fiel.
Un ministro no será bueno cuando
no piensa más que en él y sacar provecho, ya que los que tienen en manos el
Estado de otro jamás deben pensar en sí
mismos. Entonces el príncipe debe actuar, al mismo tiempo que debe felicitar a
aquellos que sí hagan bien su labor.
webos putos
ResponderEliminarjajaja xD
que chistoso
EliminarEjemplos de esto
ResponderEliminarDios lo bendiga y deje la grosería
ResponderEliminarolo
ResponderEliminarCapítulo 23 del libro el Príncipe de Nicolás Maquiavelo
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