El autor comenta que es más fácil
conservar un Estado hereditario que no uno nuevo, ya que el pueblo ha estado
acostumbrado a la misma dinastía y por lo tanto no hace falta alterar nada,
solo añadir pequeños cambios con el tiempo. El príncipe del Estado hereditario
aunque no sea de gran inteligencia, no será destituido del poder a no ser
porque lo quite de ahí una gran fuerza. En tal caso, el príncipe no debería
sufrir, ya que lo podría reconquistar al primer error cometido por el
usurpador. [Estado hereditario del duque de Ferrara se mantuvo si no hubiese
sido por fuerzas arrolladoras (venecianos en 1484 y Julio II 1510)]
Los príncipes naturales son “más
aptos a conservar el poder” ya que son amados por sus pueblos y únicamente
odiados si cometen demasiadas barbaridades.
Maquiavelo también comenta que
continuar una dinastía provoca más tiempo en el poder de ésta ya que tanto como
llegó al estado como los errores cometidos por los pertenecientes a la dinastía
se olvidan con el paso del tiempo.
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