miércoles, 25 de septiembre de 2013

Capítulo 11-De los principados eclesiásticos



El último tipo de principado que queda por explicar es el eclesiástico. Conseguirlos es muy difícil, ya que solo se adquieren mediante suerte o virtud; pero después, mantenerlos es un trabajo muy fácil ya que estas instituciones religiosas en las que se basa el príncipe son tan potentes que mantienen al señor en el poder actúe éste como actúe. 
Este tipo de Estado tiene la particularidad que son los únicos que no defienden sus Estados y no son atacados y que no gobiernan a sus súbditos y éstos no se preocupan. Son por lo tanto principados seguros y felices
Maquiavelo teme hablar mucho de estos principados ya que no se atreve a “cuestionar las inspiraciones de Dios” que los han creado. Explica eso sí, porque en ese momento la Iglesia tuviese tanto poder temporal. Antes que Carlos rey de Francia entrase en Italia, este territorio estaba bajo el dominio del papa, de los venecianos, del duque de Milán y de los Florentinos. Estas potencias debían impedir que un ejército extranjero invadiese Italia e intentar que ninguna de ellas sobresaliese entre las demás (se alzará con más poder que los otros). El principado eclesiástico del papa nunca había podido ser más poderoso, ya que siempre era parado por los nobles romanos (Orsini y Colonna) o se moría el papa en plena campaña (la duración del mandato de un papa solía ser corto, de unos diez años); hasta que llego el papa Alejandro VI. Llevó a cabo las acciones anteriormente explicadas con beneficiario a su hijo el duque Valentino pese a que en realidad el poder que conquistó se lo quedó finalmente, al morir el papa y su hijo, la Iglesia. Su sucesor Julio, engrandeció aun más la Iglesia, ya que se vio con dinero, hecho que antes no había sucedido.

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