miércoles, 25 de septiembre de 2013

Capítulo 15-De aquellas cosas por las cuales los hombres y especialmente los príncipes, son alabados o censurados



Para no caer en el olvido, todo príncipe debe aprender a no ser bueno, y a practicarlo o no de acuerdo con la necesidad.
Hay muchas cualidades por las cuales los príncipes son censurados o elogiados, y el príncipe debe agrupar de aquellas que le hagan perder el Estado cuantas menos mejor. El autor hace especial hincapié en el pródigo (que desperdicia y gasta sus bienes inútilmente irracionalmente) y el tacaño (el que se abstiene demasiado de gastar lo suyo, que no es lo mismo que avaro que es el que se enriquece mediante la rapiña).

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